Una de las más grandes posibilidades que las personas del siglo 21 tienen a su alcance, es la de estudiar en línea. Los avances en materia de comunicación e informática, han hecho posible que quienes así lo pretendan, puedan acceder a esta forma de aprendizaje. No obstante, existen inercias que deben romperse, para lograr adaptarse a esta nueva modalidad.
Podemos destacar, la necesidad de llevar una agenda, en la cual seamos disciplinados y formales al momento de llevar a cabo cada actividad marcada. Ser autocríticos y reflexivos con la información y los textos que analizamos, evitar la memorización desmedida que en muchas ocasiones le resta dedicación a la tarea de comprender.
Asimilar el conocimiento de una manera colaborativa, evitar la competencia, que en la mayoría de los casos termina por aislar al sujeto de aprendizaje, adentrándolo en una dinámica individualista, y que deriva en privarse de un mayor caudal de conocimiento, al dejar la interacción con los demás.
Por último y no menos importante, hacer un uso adecuado de la síntesis y la gramática, a fin de dar a conocer con efectividad las ideas expuestas, evitando dobles interpretaciones o análisis ambiguos.
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